"De origen campesino, a los 14 años abandoné temporalmente el campo para ir a Caracas a estudiar. 57 años después aun no he podido regresar. Siendo estudiante de agronomía en Maracay, me arrastró el entusiasmo de la revolución de los sesenta y cambie mi lápiz por un revólver. Cinco años después, ante la imposibilidad de cambiar al mundo y acorralado, tuve que salir del país. Luego de seis años en la URSS (unión que ya no existe) me gradué de ingeniero en la Lumumba (universidad que hoy tampoco existe) regresé a Venezuela a trabajar como investigador en el FONAIAP hoy extinto fondo. Finalizado en Campus Davis, California (USA) un post grado en fisiología vegetal, decidí venirme por tierra a Venezuela. Compré una camioneta medio uso en la frontera de la USA con Canadá y seis meses después entre a mi país por La Guajira colombiana, donde señores no identificados me mantuvieron retenido contra mi voluntad por ene días cuya cuenta perdí, pero que tampoco me dejaron huellas visibles. Después de doce años en la docencia universitaria, la abandoné convencido de que Simón Rodríguez tenía mucha razón en aquello… “que más aprende un niño en un rato labrando un palito que en días enteros oyendo discursos de eruditos”. Un año (sabático) en el Orinoco me permitió comprender cosas culturales profundas de mi esencia mixta. Mis últimos quince años de rudos trabajos en el campo me hicieron entender que la agri/cultura es más una cultura de gente que de vegetales y animales. Hoy a mis 71 años de edad me dedico a escribir cuentos y poemas para mis seres queridos. Hasta ahora: tres poemarios publicados (Entre Amigos Coplas y Cantos; De Tránsito y El Regreso) y dos reseñas familiares (Carta a Mis Hijos y Los Ilarraza). Don Epifanio y Memorias de la Carne son libros de cuentos ya concluidos pero inéditos. De los trabajos publicados durante mi oficio de investigador, nadie (ni yo) recuerda nada. De mis viajes por los países del Acuerdo de Cartagena, formando equipo con dos investigadores (hoy jubilados) del ex – FONAIAP como ponentes de una tesis sobre el desarrollo local (hoy endógeno) sólo recuerdo al Machupichu, a dos profesores graduados en la URSS, a la Cochabambina que nunca vi, a esa amalgamada mezcla de los mil rostros y voces de los americanos latinos y aquella infinita geografía física, musical y sentimental que invadieron mi cuerpo y me hicieron universal. Por eso hoy sé que la guerra tiene sus días contados. El dios Amor y su hija predilecta la Alegría la sepultaran" Limber Salazar.
Aquí les dejo tres de sus obras, maravillosas y recomendables:
(al darle click a los nombres podrán descargarlas)
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#laberintosdeltiempo