Por: Leonardo Baez
Nuestros tiempos es una época donde la facilidad para el intercambio de información es la regla . La cultura, la ciencia y los medios son accesibles mediante el uso de inmensas redes: es la era de la información. Las noticias, películas y resultados de investigaciones pueden ser almacenadas en discos duros y enviadas a otra parte del mundo en forma prácticamente instantánea.
En eras anteriores a nuestra época, en los albores de la civilización , el registro y almacenaje era enormemente engorroso. Debieron ser esforzados escribas los que en Sumeria sudaron para registrar en pequeños tablillas de arcilla escritos con punzones o en Egipto en los que el descuido o la emoción podía estropear los frágiles y delicados trozos de papiro. De ese tiempo se conserva “El poema de Gilgamesh“, la obra más antigua de la humanidad
Entre las bibliotecas de la antiguedad, las más celebre de todas fue sin duda la gran biblioteca de Alexandría,en Egipto. En su mejor tiempo, siglo II ac, tuvo más de un millón de rollos, obras maestras de sabios como Aristarco, Arquímides, Sofocles, Aristoteles, etc, Y practicamente casi todas ellas irremediablemente perdidas.
No duele tanto la destrucción física, que de todas formas se pueden obtener imitaciones con la que nos contentamos, sino la perdida de las ideas, teorías y trabajos que no pudieron recuperarse y que significaron el retraso de la civilización al menos en 1000 años.
Destrucción final de la Biblioteca
La tradición nos dice que fueron los árabes los que incendiaron la Biblioteca en una invasión en 642 DC. Según la tradición fue un semi-analfabeto jefe militar que sin apreciar el valor de los rollos o comprenderlos ordenó su destrucción ‘Si esos escritos están conformes con el Corán, son inútiles, y si ocurre lo contrario no deben tolerarse’. Lo más probable es que esto no haya sido cierto dado que hay evidencias de que en ese tiempo la célebre Biblioteca ya no existía.
En realidad la Biblioteca tuvo diversas perdidas hasta su desaparición , la primera fue el incendio en el 47 ac durante las batallas de Julio Cesar, 40 mil rollos se destruyeron en esa oportunidad. Luego en 215 fue el infame emperador Caracalla quien destruyó parte de sus instalaciones. Nuevos daños de gran magnitud a la infraestructura de su edificio se produjeron en el 270 y el 298. Para entonces el material sobreviviente de la Biblioteca debió ser trasladado a otro lugar para preservarlo de mayores perdidas. Pero no fue hasta los años del emperador Teodosio en 391 se produjo la crisis más seria: este bajo la influencia del naciente cristianismo había ordenado el cierre de los templos paganos, numerosas edificios obras magníficas de arte de la antiguedad fueron arrasadas y entre ellas los últimos rollos remanentes de la Biblioteca. Se adjudica tal perverso honor a un tal Teófilo, un fervoroso fanático. De esta destrucción completa es testigo el historiador Romano Paulo Orosio que en 415 escribía ” sus armarios vacíos de libros …los han saqueado hombres de nuestro tiempo”.
Luego del fin de la gran Biblioteca se puede estimar que aproximadamente el 80% de todo el conocimiento de la cultura de occidente se perdió y que buena parte de las obras que se conservan se debe al posterior esfuerzo de los árabes por preservar las libros de la antigüedad.
Libros y obras perdidas
Entre ellas las más de 100 obras de Sofocles, de las que se conservaron sólo 7 (entre ellas Edipo Rey), una cartografía de Eratostenes de la Tierra redonda, un libro acerca de métodos de integración en matemática de un tal Eudoxo de Cnido, un libro de Aristarco que expone el modelo heliocéntrico, libros con especificaciones técnicas de la construcción de autómatas o robots de Herón. Las obras de la matemática Hipatia, celebres en su época, pero de lo que no se conserva nada salvo comentarios en otras obras.
La destrucción de la biblioteca causó un retraso en el avance de la civilización de 1000 años ….