Wikileaks es un portal a través del cual los "whistleblowers" - informantes anónimos-, pueden hacer públicos sus documentos secretos. Actualmente Wikileaks ha suspendido sus operaciones por falta de dinero. El bloguero alemán Stefan Mey entrevistó a Julian Assange, uno de los personajes más carismáticos tras esta plataforma.
"Desarrollar una versión no censurada de Wikipedia que sirva para la publicación masiva y el análisis de documentos secretos o filtraciones ("leaks"), manteniendo a sus autores en el anonimato": así describe Wikileaks sus intenciones. Mientras que para algunos se trata de la reencarnación de un Robin Hood en su versión digital, otros ponen en duda la veracidad de los datos que da a conocer.
Los países con regímenes dictatoriales centran el interés de Wikileaks - China, Rusia, las repúblicas centroasiáticas o las regiones de Oriente Próximo y el África subsahariana. Hasta ahora, Wikileaks ha recibido más de 1,2 millones de documentos anónimos provenientes de sociedades que subsisten amordazadas por sistemas políticos de dudosa reputación.
A pesar de esté éxito, poco se sabe sobre quienes trabajan tras Wikileaks. Al margen de la conferencia del Chaos Computer Club en Berlín a finales de diciembre 2009 el bloguero alemán Stefan Mey tuvo la rara oportunidad de entrevistar a Julian Assange, activista, empresario de Internet, ex hacker profesional y miembro de la Junta Asesora de Wikileaks.
Stefan Mey: wikileaks.org tiene en estos momentos un aspecto inusual. El sitio web está bloqueado a la espera de nuevas donaciones, ¿están ustedes en huelga?
Julian Assange: Sí, es algo similar a lo que los sindicatos hacen cuando van a la huelga. Mediante la retirada de la oferta, recuerdan a la gente que su trabajo tiene un valor. Cada día, ponemos a disposición del mundo información de gran relevancia. Pero cuando la oferta es infinita, es decir, cuando ésta se puede descargar libremente, su valor se reduce hasta llegar a cero. Así que, ahora hemos retirado la oferta para que la gente perciba la importancia de lo que hacemos.
¿Quiere eso decir que necesitan urgentemente dinero?
Tenemos mucha información destacada por lanzar, destacada por su peso, pero también por la cantidad de trabajo que requiere su publicación y por los ataques legales que va a recibir. Así que hemos de reforzar nuestra posición antes de poder hacer público ese material.
En el mundo de los medios de comunicación -comerciales o no- las dos cuestiones fundamentales son cuánto cuesta y cómo se financia. Háblenos primero de los costos.
El principal es la gente. Y cuanto más material tenemos, mayores son los costos laborales. Alguien tiene que escribir los resúmenes y verificar la información. Ahora mismo, todos se pagan sí mismos, pero eso no puede durar para siempre.
¿Qué tamaño tiene el equipo básico de Wikileaks?
Hay cinco personas que trabajan unas 24 horas del día, y luego, 800 que lo hacen ocasionalmente a lo largo del año. En medio el espectro es amplio.
Usted y los otros cuatro que trabajan a tiempo completo, ¿de qué viven?
Yo he ganado dinero con Internet, así que tengo lo suficiente para poder hacer esto, pero no eternamente. Y, de momento, los otros cuatro también están en condiciones de autofinanciarse.
¿Fue Wikileaks idea suya, como muchos suponen?
Yo no me llamo a mí mismo fundador.
Nadie conoce realmente a los fundadores, dice Wikipedia.
Sí. Eso es así porque algunos de los fundadores iniciales son refugiados procedentes de China y otros sitios, y aún tienen familia en sus países de origen.
Bueno, pero aunque los costes laborales sean aún hipotéticos, hay otras cosas que no queda más remedio que pagar- los servidores, las oficinas.
Sí, los costos pueden llegar a ser muy altos y luego están los registros, la burocracia, los bancos y ese tipo de cosas. Puesto que no nos encontramos todos en el mismo lugar, no tiene sentido que contar con una sede. Nuestra gente dispone de sus propias oficinas, repartidas por todo el mundo.
Y aparte están los pleitos en los que se ven envueltos con frecuencia, ¿cómo los sufragan?
El tiempo de nuestros abogados no nos cuesta nada- se nos han donado miles o incluso millones de dólares en salarios de abogados, lo que no significa que no tengamos que pagar cosas como fotocopias y documentos judiciales. La parte positiva es que hasta ahora nunca hemos perdido un caso- nunca se nos ha impuesto una sanción o una multa.
¿Existe un cálculo de lo que Wikileaks necesita para sobrevivir un año?
Probablemente, unos 200.000 dólares sin contar los gastos de personal. Pero hay personas que no pueden permitirse el lujo de seguir involucrándose a tiempo completo a menos que se les pague. Contando los sueldos, yo diría que se necesitan unos 600.000 dólares al año.
Hablemos ahora de los ingresos, ¿son las donaciones la única fuente de financiación imaginable?
Las donaciones privadas. Rechazamos toda aportación procedente de gobiernos o empresas. En estos momentos, la mayoría del dinero lo aportan periodistas, abogados o técnicos que están implicados personalmente. Sólo el diez por ciento de las donaciones las registramos a través de Internet, pero la cifra podría aumentar.
En su página encontramos una lista con sus "partidarios firmes": la agencia de noticias AP, Los Angeles Times o la Asociación Nacional de Periódicos, ¿qué hacen por ustedes? ¿Por qué les ayudan? Probablemente, no desinteresadamente.
Nos apoyan por dos motivos: primero, porque nos ven como una organización que les facilita el hacer lo que hacen. Y segundo, porque nos perciben como el enlace más débil y sensible de toda la cadena. Nos encargamos de los casos periodísticos más difíciles y si nos derrotan en los tribunales, tal vez ellos sean los siguientes. En otras palabras: si wikileaks.org tiene que cerrar como resultado de una acción legal, esto podría sentar un precedente con el que al día siguiente desmontar nytimes.com o Spiegel Online en Alemania.
Mi explicación es que tal vez colaboran con ustedes porque saben que lo que hace Wikileaks es en realidad deberían hacer ellos, pero no tienen dinero para costearlo.
Quizás. El coste por palabra en el periodismo de investigación es alto, y nosotros lo hacemos más barato. Reduciendo el precio de cada palabra logramos obtener más para el periodismo de investigación e incluso publicar en empresas orientadas a maximizar sus beneficios. Y hay otro costo que es muy elevado- el de la amenaza de enfrentarse a una demanda. Nosotros nos ocupamos de la parte jurídicamente más arriesgada, que no es la historia en sí, sino los documentos que la respaldan. De este modo, el miedo del editor a una acción legal también baja.
Para que Wikileaks funcione tienen que colaborar principalmente dos grupos de personas- los informantes anónimos y los periodistas, ¿qué motiva a el informante a trabajar con ustedes?
Suelen estar moralmente indignados por algo. Pocas veces los mueve la venganza o el deseo de desacreditar a alguna instancia. Así que su incentivo es actuar contra esa indignación. En realidad, yo no tendría ninguna objeción a que pagásemos a las fuentes. No lo hacemos, pero no veo por qué los abogados y los periodistas han de ser los únicos en recibir compensación por sus esfuerzos.
Pero eso supondría un problema legal aún mayor.
Sí, pero no nos preocupa. Podríamos transferir el dinero a países como Bélgica, en los que las autoridades no utilizan cualquier método para determinar la relación entre el periodista y su fuente.
Ocupémonos ahora de los periodistas: ustedes están experimentando con fórmulas para atraer su atención, lo que al principio suena un poco raro, ¿por qué hay que incentivar a la prensa para que haga uso un material que se ofrece gratuitamente?
La cuestión no es tan sencilla. La información tiene un valor, que generalmente mantiene una relación proporcional con lo restringida que sea. En el momento en el que todo el mundo tiene acceso a la información, una copia de la misma deja de tener valor.
Pero casi todos los periodistas en Estados Unidos acceden cada día a los contenidos de agencias de noticias como AP.
El material de la AP se sirve para ir directamente al periódico, el nuestro requiere una inversión adicional, necesita de un periodista inteligente que esté políticamente bien relacionado. Para que el periodista se decida a invertir tiempo en un documento de 200 páginas, ha de tener ciertas garantías de que el proyecto le resultará rentable y de que de él saldrá un reportaje exclusivo. Y si el asunto es interesante, cabe esperar que otras personas estén trabajando en ese mismo reportaje. (.) Tiene que haber cierta exclusividad.
Wikileaks llegó a acuerdos de exclusividad con dos medios alemanes, Stern y Heise, ¿han dado los resultados esperados?
Esos acuerdos los habíamos firmado ya antes en otros países. En general, estamos satisfechos. El problema es que la gestión requiere demasiado tiempo- cerrar el contrato, determinar los términos de la exclusividad. Alguien te puede prometer que con la información va a escribir un buen reportaje, que va a maximizar el impacto político de los datos que pones a su disposición, y luego no hacerlo.
Es decir, que si ustedes le conceden a alguien la exclusividad, quieren asegurarse de que va a cumplir lo prometido.
Sí. Hay una cosa que no puede falsificarse y es el dinero que pagan. Si usted organiza la subasta de una información y hay un medio que ofrece una suma importante, está dejando entrever que cree que se beneficiará con la publicación de la historia. Así que éste es un buen método para decidir a quién concederle la exclusividad. Hemos experimentado con ello en Venezuela.
¿Por qué en Venezuela?
Debido al carácter de unos documentos que estaban en nuestro poder. Disponíamos de 7.000 mails de Freddy Balzan, que fue redactor de discursos de Hugo Chávez y también el ex embajador en Argentinia. Sabíamos que esa información tenía un problema y era el de ser demasiado amplia y políticamente importante, por lo tanto, suponíamos que nadie querría escribir sobre ella.
¿Y qué pasó?
La subasta resultó ser una pesadilla logística. Los medios querían tener acceso al material antes de decidirse, y nosotros exigíamos que para ello firmasen acuerdos de no divulgación. Hubiéramos tenido que trocear el material para poder mostrarles sólo cada segunda página. Eso llevaba mucho tiempo y hubiéramos tenido que dejar de hacer tantas cosas que no nos lo podíamos permitir, así que al final publicamos la información sin más. Y entonces pasó precisamente lo que temíamos: nadie escribió absolutamente nada.
Entonces, el experimento fracasó.
El experimento no fracasó, simplemente, la experiencia nos enseñó cuáles son las cargas de este trabajo. En realidad, se necesita un equipo de cinco o seis personas dedicadas exclusivamente a las subastas.
¿Piensan seguir con las subastas en el futuro?
Nos gustaría continuar, pero sabemos que para eso vamos a necesitar más recursos. Si seguimos usando este método, no lo vamos a hacer con documentos concretos, sino por medio de suscripciones. Eso facilitaría mucho las cosas porque entonces tendríamos que organizar- y costear- sólo una subasta cada tres o seis meses.
¿Significa eso que la exclusividad concedida a una historia caducaría pasados tres meses?
No, la exclusividad la concederíamos ofreciendo un acceso a la información por plazos. Por ejemplo, si organizásemos una subasta para América del norte, el medio que más pujase sería el primero en disponer del material; el que pujase la segunda mayor cantidad, el siguiente, y así sucesivamente. Los medios estarían subscritos a Wikileaks.
. ...y tendrían temporalmente acceso privilegiado a todos los documentos relevantes para América del norte.
Sí. Imaginemos que sólo participan dos empresas en la subasta y una paga el doble que la otra; y digamos que la fuente dice que desea que el documento se publique en el plazo de un mes. Entonces, los periodistas del primer medio dispondrían de un mes para investigar y escribir sobre la base de ese material. El que más paga, consigue los datos de inmediato, por lo tanto, está en condiciones de llevar a cabo un reportaje más completo. El medio que paga la mitad cuenta solamente con la mitad del tiempo, es decir, que recibe los documentos dos semanas más tarde. Pasado el mes, ambos pueden publicar.
Suena prometedor, ¿no queda con ello el problema financiero solucionado?
Eso dependerá de los recursos con los que se cuente para organizar las subastas, y del dinero del que dispongan los mismos medios. Pero creo que, con unos pocos casos por año, éste método nos aportaría financiación suficiente.
Medien-Ökonomie-Blog, 24 de enero de 2010