Por: Federico Grünewald
Fue un funeral entre comillas. Los restos de Pablo Neruda partieron ayer desde el ex Congreso Nacional en Santiago a bordo de un vehículo del Servicio Médico Legal y no en una carroza con vidrios que dejaran ver el féretro. En San Antonio y Cartagena, las dos ciudades en las que el cortejo se detuvo, la gente se preguntaba qué clase de carro mortuorio era aquél. Sin embargo, en ambas localidades los niños rindieron un homenaje espontáneo.
Neruda estuvo tres años en el Servicio Médico Legal, desde que se abrió la investigación para determinar si su muerte, en 1973, pudo ser por envenenamiento en la Clínica Santa María, donde falleció mientras luchaba contra un cáncer pocos días después del golpe de Estado en Chile. La exhumación del 8 de abril de 2013 fue la tercera y, para evitar una cuarta, esta vez el juez Mario Carroza, quien investiga el caso, ordenó guardar muestras por si se llegaran a requerir nuevos exámenes. Por ahora, especialistas de Dinamarca y de Canadá estudian qué tan determinante fue la bacteria estafilococo dorado que se encontró en las últimas pruebas científicas.
Rodolfo Reyes, sobrino de Neftalí Reyes, verdadero nombre de Neruda, fue quien se enfrentó con la Fundación Neruda para que el ataúd volviera al lugar donde su tío quería ser enterrado. Es también uno de los querellantes en la causa y dice que "la investigación continúa, aunque sin fecha de entrega de resultados todavía". "El funeral fue un acto ciudadano, hubo muchas autoridades, la gente concurrió al ex Congreso, hacía guardia de honor junto al féretro."
Carolina Sanzana Reyes, sobrina nieta del poeta, fotógrafa y cantante, preparó tres piezas musicalizadas de su tío abuelo y las cantó durante el velatorio, que duró más de diez horas el lunes."Fue todo precioso, hubo mucha energía, la gente se dio el tiempo de viajar, y fue en realidad un día bastante alegre?", agrega la hija de Trinidad, sobrina de Pablo Neruda.
El arribo a la ciudad de San Antonio fue a las 8.15 de la mañana de ayer. La alcaldía rindió un homenaje y un niño poeta pronunció un discurso. En Cartagena no estaba contemplada una parada, pero la banda de una escuela obligó a detener el cortejo y el alcalde entregó una caja de cartón pintada como un cofre, llena de poemas de niños de la comuna. Al llegar a Isla Negra, la familia del vate pudo depositar la urna en su lugar original, a la izquierda de la de Matilde Urrutia, su tercera mujer. Sobre la sepultura, que mira al océano Pacífico, se ubicó una placa que tiene la fecha de nacimiento, 12 de julio de 1904, con un sol de amanecer, y la fecha de muerte, 23 de septiembre de 1973, con una puesta de sol.